Desayunos con vino… si vas a pecar, que sea bien
Desayunos con vino… si vas a pecar, que sea bien
🥐🍷 Desayunos con vino… si vas a pecar, que sea bien
No todos los días se desayuna con vino, pero cuando se hace… que sea con intención, con estilo y con buen maridaje. Nada de “me sobró de anoche”. Estamos hablando de experiencias sabrosas, memorables y (por qué no) un poco escandalosas.
Perfecto para brunches largos, fines de semana lentos o celebraciones donde la mimosa ya se quedó corta.
⸻
🥓 Huevos con machaca, pan francés o chilaquiles + vino espumoso brut
La grasa y lo crujiente de estos platos pide algo que limpie el paladar.
📌 Un espumoso brut (seco, no dulce) va increíble. Piensa en un Chardonnay o Chenin Blanc con burbuja.
Si es rosado, mejor.
⸻
🍳 Huevos benedictinos + vino blanco con barrica
Salsa holandesa + yema + jamón = grasa, sabor, umami.
📌 Un Chardonnay con paso por barrica complementa perfecto la textura y los sabores intensos sin robarse el show.
⸻
🥐 Croissants, mermelada, mantequilla + vino rosado seco o blanco aromático
Algo con fruta, buena acidez y cero pesadez.
📌 Rosados secos, tipo Grenache o un blanco como Riesling o Gewürztraminer.
Amanecer feliz garantizado.
⸻
🧇 Hotcakes, panqueques, fruta + vino dulce ligero
Para los que desayunan con el postre primero.
📌 Un vino de cosecha tardía, espumoso semiseco o un Moscatel frío.
Es como ponerle vino al maple (y que funcione).
⸻
🌮 Tacos de barbacoa, birria o carnitas tempraneras + tinto joven
Desayuno dominguero de campeones.
📌 Aquí sí va un tinto: algo joven, frutal, sin tanta barrica. Piensa en un Tempranillo o un Syrah mexicano.
Y si el taco viene con consomé, más razón para brindar.
⸻
Desayunar con vino no es exceso, es celebración. No es todos los días, pero cuando lo haces, que sea con buena compañía, buena música y sin prisas.
Porque si vas a pecar… que sea bien y con copa en mano.
⸻
